Año 6. Nº 1.
CONSERVACIÓN EX SITU DE LA FLORA DE CHILE EN BANCO DE SEMILLAS
Pedro
León-Lobos1, Michael Way2, Hugh Pritchard2,
Andrés Moreira-Muñoz3, Mario León1 & Francisco
Casado4
1Banco
Base de Semillas, Centro Regional de Investigación INTIHUASI, Instituto
de Investigaciones Agropecuarias; Casilla 36-B, La Serena, Chile
2Seed
Conservation Department, Royal Botanic Gardens Kew, UK. Wakehurst Place,
Ardingly, Haywards Heath, West Sussex RH17 6TN, UK.
3Sección
Botánica, Museo Nacional de Historia Natural, casilla 787, Santiago, Chile.
4Centro
Regional de Investigación La Platina, Instituto de Investigaciones Agropecuarias;
Casilla 439-3, Santiago, Chile.
RESUMEN
Se dan a conocer los esfuerzos de conservación
ex situ de recursos fitogenéticos endémicos y en riesgo de extinción
en Chile que el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) está realizando
gracias a la colaboración del Royal Botanic Gardens Kew del Reino Unido.
Esta publicación tiene por objetivo motivar a profesionales, técnicos y
naturalistas chilenos interesados en conservación de plantas, a contactarnos
con el fin de colaborar en esta tarea.
Palabras clave: conservación ex situ, banco de semillas, zonas áridas
ABSTRACT
El desafío como naturalistas chilenos
es preocuparnos y hacer todo los esfuerzos necesarios para que la diversidad
biológica no se vea amenazada o se extinga. Las amenazas contra la diversidad
de especies son permanentes y en aumento. Aunque no existen estadísticas
recientes, actualmente esta ocurriendo una fuerte expansión de la actividad
agrícola, forestal, turismo e inmobiliaria. Areas naturales en donde hasta
hace 10 años era impensable o poco probable que fuesen ocupadas por el hombre
(Ej. cerros, áreas costeras), ahora están siendo deforestadas o desmontadas
para cultivo (Ej. paltos, cítricos, viñedos, etc., en los valles transversales),
o para el desarrollo turístico (Ej. costa de la Zona Central). Aún más,
la actividad ganadera por caprinos ha degradado grandes extensiones naturales
acelerando el proceso de desertificación en las zonas áridas de Chile.
El Estado de Chile ha hecho importantes
esfuerzos por proteger in situ especies y ecosistemas, principalmente,
a través de la creación de Parques Nacionales, Reservas Nacionales y Monumentos
Naturales. Los privados también están comenzando a aportar en esta tarea
mediante la creación de áreas silvestres privadas. Sin embargo, pese a todos
los esfuerzos realizados, aún existen formaciones de vegetación (Luebert
& Becerra 1998) y especies amenazadas que no están incluidas en ninguna
área protegida (Benoit 1996).
Es imposible y utópico proteger todas
las poblaciones y especies in situ. Graficador de esta realidad es
lo mostrado por Squeo et al. (2001a), para la flora de Coquimbo. Estos autores
determinaron que con las actuales áreas silvestres protegidas en esta región,
que representa sólo el 0,37% de la superficie regional, se conservan sólo
un 39% y 56% de las plantas las categorías de en peligro y
vulnerable, respectivamente. La incorporación
de otras 5 áreas geográficas recientemente propuestas aumentaría a un 69%
y 75% la protección de las especies en riesgo de extinción (Squeo et al.
2001a). Con la aproximación in situ será imposible conservar
el 100% de las especies en riesgo de extinción en la región de Coquimbo.
Esta realidad, es muy probable que se repita en el resto del país, especialmente,
en la Zona Central.
En vista de lo anterior, se hace urgente
desarrollar y fortalecer otras iniciativas de conservación para conservar
la diversidad biológica vegetal de Chile. Los jardines botánicos y los bancos
de semillas son las técnicas mas comúnmente utilizadas para conservar ex
situ (fuera de los ambientes naturales) plantas en riesgo de extinción.
La conservación en bancos de semillas representa
un método fácil, seguro y de baja relación costo-beneficio (Hong, Linington
& Ellis 1998; Linington & Pritchard 2001). Puede ser aplicada a
un amplio rango de especies de una forma fácil y universal y se puede conservar
gran parte o toda la diversidad genética intra e ínterespecífica por largos
periodos de tiempo sin intervención alguna (Linington & Pritchard 2001).
Permite, además, reducir la presión de recolección, aumenta la probabilidad
de investigación y utilización del material genético conservado.
Es importante mencionar que las iniciativas
de conservación ex situ desarrolladas por un país, no pueden significar,
en ningún caso, disminuir los esfuerzos por conservar in situ. La
conservación ex situ debe ser entendida como complementaria a la
conservación in situ, nunca en reemplazo. Recordemos que al conservar
in situ, además de diversidad genética, se conservan las interrelaciones
y los procesos ecológicos y evolutivos.
La conservación de semillas no debe
estar aislada de otras iniciativas de conservación ex situ. Se deben
establecer los mecanismos de coordinación con las actividades realizadas
por otras instituciones del país con el fin de aunar los esfuerzos y aumentar
la magnitud del impacto de dichas iniciativas. En este sentido, las actividades
desarrolladas por los jardines botánicos tienen mucho que aportar a la conservación
de semillas y lo realizado por los bancos de semillas, como el de INIA,
puede fortalecer los esfuerzos de conservación de los jardines botánicos
de Chile.
El proyecto " Conservación de semillas de
las plantas nativas
Como una forma de contribuir a los esfuerzos de conservación de la flora de Chile, el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) junto al Royal Botanic Gardens Kew del Reino Unido (RBG Kew) ha estado desarrollando desde fines de 2001 un programa de largo plazo para colectar y conservar en bancos de semillas la diversidad genética de las plantas nativas de Chile, particularmente de las especies endémicas y las que están en riesgo de extinción en las zonas desértica y mediterránea de Chile, entre los 18º y 38º S. Este proyecto es parte de un esfuerzo mundial denominado Millennium Seed Bank Project que el RBG Kew esta realizando junto a instituciones de otros países con el fin de conservar en un plazo de 10 años el 10% de la flora mundial, especialmente la de las zonas áridas (http://www.rbgkew.org.uk/msbp/).
El proyecto está centrado en
las áreas de colecta y conservación de semillas, en la investigación en
la biología de las semillas, en la creación de bases de datos con información
de sobre las especies colectadas y en la capacitación. En un período
de 5 años, se pretende colectar semillas de, al menos, unas 150 especies
por año. Además, de colectar muestras representativas de especies raras,
vulnerables y en peligro de extinción (ver Benoit 1989, Belmonte et al.
1998, Ravena et al. 1998, Squeo et al. 2001b), también se están colectando
semillas de las especies endémicas y de las nativas con un potencial de
uso forrajero, ornamental, alimenticio, etc. Las muestras de semillas están
siendo depositadas para su conservación a largo plazo en el banco base de
Vicuña y un duplicado en el banco de semillas
del RBG Kew (Reino Unido).
CRITERIOS Y PROCEDIMIENTOS PARA COLECTAR SEMILLAS
Las colectas se están realizando
con criterios científicos con el propósito de obtener muestras representativas
de la diversidad genética in situ y a la vez, disminuir al
máximo los posibles impactos sobre las poblaciones colectadas.
Como normas básicas, nos estamos guiando
por los siguientes criterios al realizar una colecta de semillas:
a)
Colectar semillas de al menos 1 población representativa
por cada especie priorizada.
b)
Colectar semillas que puedan ser almacenadas secas
a bajas temperaturas, semillas conocidas como ortodoxas (Roberts 1973).
Este tipo de semillas son preponderantes en plantas de ambientes áridos
como desiertos y zonas mediterráneas. Sin embargo, es probable que también
se presenten especies con semillas del tipo recalcitrante, es decir que
se mueren al ser secadas y por ende, no puedan ser almacenadas en frío (Roberts
1973). Aunque con excepciones, las semillas ortodoxas, en general, son pequeñas
y de frutos secos (Ej. legumbres, cápsulas) o frutos carnosos pero del tipo
bayas. Las semillas recalcitrantes, en cambio, son de tamaño grande (Ej.
belloto, lingue) y de frutos carnosos tipo drupa.
c)
Colectar semillas en forma aleatoria de al menos 30 individuos
para el caso de especies de fecundación cruzada o 59 para especies que presentan
autofecundación, en la población seleccionada. Según cálculos teóricos,
con este tamaño de la muestra es posible recoger un 95% de los alelos comunes
a una frecuencia de mayor a un 5% (Brown & Marshall 1995). En
el caso de las especies en peligro es poco probable obtener estos
tamaños, por lo que se colecta lo máximo posible.
d)
Colectar sólo un 20% de las semillas maduras viables
y sanas, disponibles al momento de la colecta, para así evitar cualquier
efecto en la capacidad de regeneración de la población. Una excepción a
esto es cuando se requiere realizar el rescate de una población con riesgo
inminente de ser destruida por factores antropogénicos o naturales.
e)
Colectar idealmente 10.000 a 20.000 semillas,
por población, con el fin de contar con material para conservación a largo
plazo, mantención de un duplicado, distribución, investigación y
el monitoreo de germinación. Frecuentemente es difícil conseguir estas cantidades
para especies consideradas como raras o en peligro.
En estos casos 500 semillas es una cantidad aceptable. En caso de contar
con muy pocos individuos (>10-20), situación común en las especies en
peligro de extinción, es conveniente colectar y mantener las semillas de
cada individuo separadas. Esto permitirá realizar, posteriormente, actividades
de regeneración y repoblamiento, así como estudios sobre su genética y biología
reproductiva.
f)
No recolectar semillas inmaduras. El mejor indicador del momento
óptimo de colecta es la dispersión natural. Marcadores de la fase de dispersión
natural son la dehiscencia y el inicio de la dispersión en los frutos
secos, y los cambios de color (eg. de verde a amarillo, rojo o negro),
la consistencia y el olor en el caso de los frutos carnosos.
g)
Depositar las semillas de los frutos secos en
bolsas de papel o género y las semillas de los frutos carnosos en bolsas
plásticas, tratando de mantenerlas bien aireadas. Evitar dejar las semillas
en espacios cerrados y calurosos para evitar la sofocación y la proliferación
de los hongos.
h)
No colectar las plantas enteras (eg. geófitas
y cactáceas), salvo que sea imprescindible para una posterior identificación
taxonómica de la muestra colectada. Respecto a esto último, para cada muestra
de semillas colectada, se requiere también colectar muestras de herbario
para su confirmación o identificación taxonómica.
i)
Obtener y registrar la mayor cantidad posible de información
que identifique y describa la especie y el sitio donde esta fue recolectada.
Se consideran la información sobre ubicación geográfica (Ej. latitud, longitud,
altitud, lugar más cercano), las condiciones de hábitat (vegetación, suelo,
topografía), la información para la etiqueta de herbario, etc. Para
ello contamos con una ficha de terreno estandarizada (Anexo
1), para anotar la información mínima necesaria que describa la muestra
y el sitio donde fue colectada.
j)
Asignar un número correlativo de colecta que identifique
cada muestra. Este debe estar compuesto por un nombre abreviado o conjunto
de letras que identifique al colector o institución colectora (Ej. INIA
001, INIA 002,
; PPEREZ 001, PPEREZ 002,..,).
k)
Es imprescindible identificar muy bien las bolsas
con las muestras colectadas para evitar confusiones posteriores. Para ello,
se etiquetan las muestras con el número de colecta correspondiente.
l)
Finalmente, es necesario secar las semillas lo
antes posible y conservarlas secas a baja temperatura, para así evitar reducción
en su potencial de longevidad.
ACTIVIDADES DEL PROYECTO
Entre julio del 2001 (inicio del proyecto) y abril del 2003, las actividades del proyecto se han concentrado principalmente en las semillas (Figura 1). Estas se han realizado preferentemente en la III, IV, V y RM Regiones de Chile; entre los 28º a los 34º S. En las Regiones III y IV, las colectas se han realizado principalmente en la franja costera. En las Regiones V y Metropolitana, desde la costa hasta los pisos subandinos de la cordillera de los Andes. Hemos trabajado en dos grupos de colecta, con pocos integrantes, pero con un alto nivel de motivación.
En una temporada y media de trabajo se han colectado cerca de 178 accesiones (muestras de semillas de localidades/poblaciones distintas) correspondientes a 149 especies, de las cuales un 73% son endémicas de Chile. Del total colectado, 40 especies (27%) tienen algún grado de amenaza. Específicamente, son 8,3 y 6 %, las especies en peligro, vulnerables y raras, respectivamente, conservadas en el banco base de Vicuña (Figura 2; Tabla 1). Por sus tamaños poblacionales, de algunas de estas especies hemos obtenidos muy pocas semillas; son los casos de Dalea azurea (Fabaceae), Tigridia philippiana (Iridaceae) y Rhodophiala tiltilensis (Amaryllidaceae). Esperamos, en los próximos años, localizar más poblaciones de éstas y otras especies en peligro de extinción, para colectar suficientes semillas
Otra de las actividades del proyecto
es el desarrollo de protocolos de germinación para las especies colectadas.
Esto nos permitirá monitorear la calidad de las semillas almacenadas y también
obtener plántulas para requerimientos futuros de investigación y repoblamiento.
Cabe mencionar que información publicada sobre la germinación de las especies
de zonas áridas y semiáridas es relativamente escasa.
También estamos preocupados de capacitar
a potenciales colectores que puedan ayudarnos en la tarea de coleccción
y conservaración dell patrimonio genético chileno. En este
sentido, en Marzo de 2002, impartimos por una semana un Curso-Taller sobre
colecta de semillas de plantas nativas para conservación ex situ
(Figura 3),
el que contó con la participación de 14 profesionales de diversas universidades
e instituciones de investigación del país. Para este curso recibimos el apoyo de botánicos,
genetistas y un zoólogo de las Universidades de Chile, de La Serena, de
Concepción y de la Universidad Iberoamericana de Ciencias y Tecnología (UNICYT).
Esperamos, en el mediano plazo, realizar una actividad de capacitación similar.
Asímismo, estamos en la fase de edición de un manual de colecta orientado
a las personas con posibilidades y motivación para colectar semillas con
fines de conservación.
Finalmente, invitamos a todos las personas interesadas en ayudarnos, ya sea con información o en colectar, a contactarnos. Esperamos en el corto plazo crear una red o un grupo de colectores de semillas con el fin de incrementar sustancialmente la capacidad de colecta y conservación de especies nativas y endémicas de Chile.
AGRAECIMIENTOS
Los autores agradecen a Marcos Acosta y Catherine
Kenrick por su constante apoyo en la colecta y procesamiento de semillas.
Esta publicación contó con el apoyo del Millennium Seed Bank Project, Royal
Botanic Gardens Kew y de Río Tinto Plants for Life Partnership.
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