Año 9. Nº 2


CLASIFICACIÓN Y CARACTERIZACIÓN DE LAS COMUNIDADES DE VEGETACIÓN DEL FUNDO SANTA ELENA, COMUNA DE NANCAGUA, REGIÓN DE O'HIGGINS, CHILE

Scott H. Altmann
M.Sc. Consultor.
Corporación Nacional Forestal (CONAF), Rancagua
scottaltmann@netzero.com

RESUMEN

Se presentan los resultados de una investigación sobre la flora vascular de los sectores montañosos del fundo Santa Elena, una propiedad privada de 939 ha ubicada en la cordillera de la Costa, Sexta Región (O´Higgins), Chile. La clasificación de las comunidades vegetales se obtuvo mediante la aplicación de estadística multivariada y de la metodología de Braun-Blanquet. Se caracterizan tres comunidades para el área de estudio: bosque caducifolio de roble de Santiago (Nothofagus macrocarpa); bosque de hualo (Nothofagus glauca) y bosque esclerofilo costero de peumo (Cryptocarya alba) y tebo (Retanilla trinervia). La riqueza de la flora sobrepasó las 100 especies de plantas. Se realizó un análisis de altura y cobertura vegetativa para caracterizar la estructura de las comunidades.

Palabras clave: vegetación de Chile, bosques esclerófilos mediterráneos, bosques de Nothofagus, especies introducidas, especies amenazadas

ABSTRACT

The results of an investigation of the vascular flora of the mountainous sectors of Santa Elena Estate, a 939 hectare private property located in the coastal mountain range, Sixth Region (O'Higgins), Chile, are presented here. The use of the multi-variate statistics approach and Braun-Blanquet’s methodology to classify vegetative communities resulted in determination of the presence of three plant communities in the area of study: deciduous forest of Santiago oak (Nothofagus macrocarpa), forest of hualo (Nothofagus glauca) and the coastal sclerophyllous forest of peumo (Cryptocarya alba) and tebo (Retanilla trivervia). Floristic richness of the area reached over 100 plant species. An analysis of height and vegetative cover was carried out to characterize the structure of the communities.


Key words: vegetation of Chile, mediterranean sclerophyllous forests, Nothofagus forests, alien species, threatened species.

INTRODUCCIÓN

El área de este estudio es considerada como importante para la conservación regional principalmente por la presencia de extensas poblaciones de Nothofagus spp., las que comienzan a aparecer a los 200 m de altitud en los sectores montañosos. Las especies del genero Nothofagus tienen una restringida presencia regional y problemas de conservación al nivel nacional. En el predio existen dos especies: el roble de Santiago (Nothofagus macrocarpa) y el hualo (Nothofagus glauca).

El roble de Santiago, también denominado roble blanco, es un árbol endémico de Chile que tiene el rango más septentrional de este género en América. Históricamente ha sido fuertemente intervenido por la buena calidad de su madera. Los bosques que existen en el presente son de segundo crecimiento o renovales (Rodriguez et al., 1983). Se distribuye entre la V y la VII  Región tanto en la cordillera de los Andes como la  de la Costa, a un rango de altitud de 800 a 2200 m (Ormazábal & Benoit, 1987). La especie citada como N. obliqua está considerada como vulnerable a la extinción al nivel regional (Benoit, 1989).

El hualo, o roble maulino/roble colorado, es una especie endémica de Chile que ha sufrido fuertes impactos antropogénicos debido a la conversión de su hábitat en terrenos agrícolas, ganaderos y para plantaciones de pino y a la explotación de su madera incluso para leña y carbón. Se distribuye entre las VI-VIII Regiones y en la Región Metropolitana en las dos cordilleras en un rango de altitud de 100 a 1500 m (Ormazabal & Benoit, 1987). Es considerada una especie vulnerable a la extinción al nivel nacional (Benoit, 1989).  

Existe escasa información sobre la vegetación del predio incluso de las extensas poblaciones de robles. Es importante documentar la presencia de especies de Nothofagus, además de clasificar y caracterizar las principales comunidades vegetativas, las especies dominantes, y otras especies presentes. La información formará parte de la literatura regional sobre las comunidades y especies presentes en un sector que fue designado como una área con potencial para el desarrollo de nuevas áreas silvestres protegidas (CONAF, 2003).

Objetivos:

Caracterizar la flora vascular del área.

Clasificar las asociaciones vegetales en el área y relacionarlas con las propuestas por Gajardo (1994).

Caracterizar la estructura de las asociaciones vegetales.

Caracterizar las asociaciones vegetales en relación con la topografía, la posición geográfica y el tipo de paisaje.

MATERIALES Y MÉTODOS

Localidad del estudio

El fundo Santa Elena es una propiedad privada de 939 hectáreas ubicada en el sector Yaquil en la comuna de Nancagua, Región del Libertador Bernardo O’Higgins, Chile (34º  36’ S-71º 12’ W, (Figuras 1 y 2). El predio se encuentra en el sector Lo Moscoso, el que fue identificado por el diagnostico regional de la Región  hecho por CONAF (2003), como una área de desarrollo para el fortalecimiento de las áreas silvestres protegidas regionales.

La propiedad consiste en dos sectores: un sector de baja altitud,  utilizado principalmente para faenas agrícolas, y un sector montañoso más extenso cuya orientación es de este-oeste y que forma parte de la cordillera de la Costa (Figura 3) con uso no agrícola. El sector montañoso está compuesto por dos cadenas predominantes, las que se distinguen por su altura, y dos quebradas principales, una por el sector oriental y la otra por el sector occidental. El rango de altitud del sector montañoso es desde 150-1230 m . El clima del área de estudio esde tipo mediterráneo con veranos calorosos y secos e inviernos lluviosos.

Impactos antropogénicos y naturales

Históricamente el predio sufrió incendios de gran magnitud y en 1968 hubo un incendio que se extendió por toda la propiedad. Su historia también incluye hasta 1971 una intensiva extracción de árboles para la producción de carbón con la ocupación de una gran cantidad de animales de carga (comunicación con Van Sint Jan, 2006). En dos ocasiones se observaron incursiones para la corta o extracción de vegetación ocupando caballos como animales de carga (Figura 4). Fueron observados tres caballos sueltos y cuatro cabezas de ganado recorriendo el sector central del predio

Catastro de la vegetación

Se efectuaron de dos visitas de reconocimiento para determinar los deslindes naturales, hitos artificiales y para observar las principales comunidades y especies vegetativas. El muestreo cumplió con los requerimientos de área mínima de muestreo para bosques (200 m2 a 1000 m2) según McAuliffe (1990). Se aplicó un muestreo aleatorio estratificado con un total del 20 transectos de 100 metros cada unidad. Los transectos fueron divididos en 10 parcelas de 2 m2 distribuidas cada 10 metros. En cada parcela se estimó visualmente la cobertura de especies en el estrato arbustivo (1-3 metros) y en el estrato arbóreo (>3m) (Sepúlveda et al., 2002) y la cobertura total. Para el estrato herbáceo (<1m) se midió las especies con cobertura de más de 70% del estrato.

Para las estimaciones de cobertura se utilizó la escala de Braun-Blanquet (en Westhoff & Van der Maarel, 1978) :

75-100% (5), 50-75% (4), 25-50% (3), 5-25% (2), 1-5% (1), + = <1%, r = <<1%.

Para el análisis de datos se utilizó el valor sumado de la cobertura del estrato arbustivo con el estrato arbóreo.

En cada transecto se tomaron dos medidas de la altura del estrato superior con un clinómetro Suunto PM5-1520; además, se registraron las coordenadas geográficas, la altura y la exposición solar con un sistema de posicionamiento global (GPS- Garmin Etrex-). La lista de especies de flora de los transectos se complementó mediante la inclusión de aquellas que se observaron entre ellos en los seis recorridos en terreno.

La nomenclatura taxonómica sigue a Marticorena & Quezada (1985). En la determinación de las especies colaboraron especialistas del departamento de Silvicultura de la facultad de Ciencias Forestales de la Universidad de Chile y de la sección Botánica del Museo Nacional de Historia Natural de Chile. Los taxa que presentaron dificultades mayores para su determinación al nivel de especie, fueron identificados sólo al nivel de género.

Para la clasificación de las comunidades se utilizó un análisis de conglomerados con aplicación del coeficiente de Sorensen para generar un dendrograma y un análisis de correspondencia sin tendencia (DCA), ambos con ayuda del software Multivariate Statistics Program (MVSP) versión 3.1. Además, se aplicó el método Braun-Blanquet para el análisis de datos con la producción de tablas sinópticas para la evaluación de especies diagnósticas. Se generaron tablas de valor de importancia (VI) de las especies para cada comunidad basado en la suma de la frecuencia relativa (fR) con la cobertura relativa (cR).

RESULTADOS

Flora vascular

Mediante los  censos y las observaciones en sitios ubicados fuera de ellos se registraron 109 taxa de plantas vasculares distribuidos en 51 familias y 94 géneros. De ellos, 22 (20 %) corresponden a árboles;  40 (37 %), a arbustos; 10 (9 %), a trepadoras y 37 (34 %), a hierbas perennes y anuales. La lista de las especies se muestra en la Tabla 1.

De los 109 taxa, 84 fueron identificados al nivel de especie, de ellos 73 (87%) son autóctonas o nativas y  11 (13%) plantas alóctonas asilvestradas.

Entre las especies alóctonas asilvestradas destacan el pino insigne (Pinus radiata) (Figura 5) y eucalipto (Eucalyptus globulus) en el estrato arbóreo; la mosqueta (Rosa rubiginosa) en el arbustivo; y el mitrún (Verbascum virgatum) y el cardo penquero (Cynara cardunculus) en el herbáceo. La presencia de especies alóctonas fue más importante en el estrato inferior (<1m) donde se detectaron 8 (73%) de las 11 especies. Es frecuente observar a las hierbas alóctonas en aquellos sitios del bosque donde existen aperturas en los estratos superiores y, también, a lo largo de los senderos y en el camino principal a la cima de la montaña (Figura 6).

Otras especies observadas

Entre los árboles se observó la patagua (Crinodendron patagua) y el temu (Blepharocalyx cruckshanksii); entre los arbustos, el chilco (Fuchsia magellanica) y la nalca (Gunnera tinctoria) (Figura 7). Entre las hierbas, dos especies de orquídeas Chloraea heteroglossa Figura 8)  y Chloraea gavilu (Figura 9); y entre las plantas trepadoras,  la salsilla (Bomarea salsilla) (Figura 10) y el quilmay (Elytropus chilensis)

Valor de importancia

Las especies más importantes del predio fueron el peumo (Cryptocarya alba), valor de importancia (VI)=0,23, frecuencia (f)=0,40; el roble de Santiago, VI=0,16, f=0,30; el litre (Lithraea caustica), VI=0,16, f=0,39; el hualo, VI=0,15, f=0,32; y el mayo (Sophora macrocarpa) VI=0,10, f=0,28 (Tabla 2)

Presencia de Nothofagus

La distribución de las dos especies de Nothofagus se extiende ampliamente por el predio desde alturas bajas (200 m) hasta las cimas de las montañas (>1000 m). Es posible observar situaciones donde las dos especies crecen juntas; aunque existen también sectores donde predomina sólo una. Se encontraron algunos robles en distintos sectores que tenían la corteza más parecida al roble de Santiago (con grietas) (Figura 11) pero las características de las hojas correspondían a las del hualo (textura áspera). Las poblaciones muestran problemas sanitarios. Se observaron muchos ejemplares de roble cuyas láminas foliares tenían una capa membranosa de color café (Figura 12) y en algunos casos láminas con solamente la nervadura. Se detectó una larva alargada (~30 mm) de color verde claro debajo de una de las capas membranosas. No se observaron ejemplares de robles cuyo aspecto indicara su inminente muerte; sin embargo, existen ejemplares con un aspecto de decaimiento.

Comunidades vegetales

I. Bosque caducifolio

El dendrograma  obtenido muestra dos comunidades de vegetación que incluyen especies caducifolias del género Nothofagus (Figura 13).

1. Comunidad  de Nothofagus macrocarpa (roble de Santiago).

Presenta junto a la especie dominante elementos del bosque esclerofilo y algunas especies del bosque laurifolio tales como lingue (Persea lingue), arrayán (Myrceugenia ovata var. nanophylla) (Figura 14), canelo (Drimys winteri), chequen (Luma chequen), maqui (Aristotelia chilensis) y el cóguil (Lardizabala biternata).

Un análisis de los datos de transectos que presentan roble de Santiago (4-6, 8, 9, 14-17),  muestra  en los estratos superiores (>1m)  34 taxa distribuidos en 22 familias y 30 géneros. Los valores de importancia de las especies en estos transectos muestran que las más destacadas son el roble de Santiago (VI=0,36), el peumo (VI=0,22), y el chequén (VI=0,15); otras especies importantes en la comunidad se muestran con negritas en la Tabla 3. La cobertura de los árboles de esta comunidad fue de cerca de un 60 % con un rango de variación entre 5 y 90%. La altura fue de cerca de 10 m, con un rango de entre 6 y 13 m. 

2.  Comunidad de Nothofagus glauca (hualo):

Además de la especie dominante, en ella se encuentran las siguientes: mayo (Sophora macrocarpa), litre (Lithrea caustica), corcolén (Azara integrifolia), quillay (Quillaja saponaria), zarcilla (Bomarea salsilla), boldo (Peumus boldus), peumo (Cryptocarya alba), quila (Chusquea cumingii).

Un análisis de los datos de los transectos que presentan hualo (7-9, 12, 13,17-20), muestra en los estratos superiores un número mayor de taxa en comparación con la comunidad de roble de Santiago (39) con un mayor número de familias (24) y géneros (36) representados. Las especies más importantes fueron el hualo (VI=0,34), el mayo (VI= 0,17) y el peumo (VI=0,16); otras especies importantes  se muestran en negritas en la Tabla 4. La cobertura de los árboles en esta comunidad fue cerca de un 45 % con un rango de variación entre 0 y 90%. La altura alcanza un promedio de 8,5 m con un rango de variación entre 3,5 y 13 m.

Se observó que el hualo tenía una distribución local más amplia y que el roble de Santiago predominaba sólo en las quebradas. En comparación con los transectos que no tuvieron una mezcla de las dos especies, los con  roble de Santiago tuvieron índices más altos de cobertura y altura que los con hualo: roble de Santiago (4-6, 14-16) cobertura arbórea promedio 60 %, altura promedio 10,50 m; hualo (7,12,13, 18-20), cobertura arbórea promedio 34 %, altura promedio 8 m.

II. Bosque esclerofilo

1. Comunidad de peumo (Cryptocarya alba) y tebo (Retanilla trinervia):

Se observó una comunidad de este tipo a baja altitud, en el sector poniente del predio. Además de las señaladas, la comunidad incluye las siguientes especies: bollén, (Kageneckia oblonga), corontillo (Escallonia pulverulenta), mitique (Podanthus mitique), Baccharis racemosa.

Un resultado de la producción de la tabla sinóptica con  la metodología de Braun-Blanquet  fue la identificación de una comunidad con dos especies diagnósticas tebo y mitique (Tabla 5). Ocupando estas dos especies para la evaluación de esta comunidad, se analizaron los datos de los transectos 1, 2, 3, y 11, los que correspondieron exclusivamente a estas especies.

Esta comunidad muestra la presencia de 19 taxa en los estratos superiores distribuidos en 15 familias y 19 géneros. Las especies más importantes fueron el peumo (VI=0,42) y el tebo (VI=0,30); otras especies importantes que  forman esta comunidad se muestran en negritas en la Tabla 6. La comunidad tiene una cobertura arbórea de cerca de un 50 % con un rango de variación entre 0 y 85 %.  La altura promedio fue de cerca de 6 m. con un rango de variación entre 4,5 y 9 m. 

Un análisis de correspondencia sin tendencia (DCA) apoya la existencia de las tres comunidades en el predio.  En el lado derecho se observa la conglomeración de roble de Santiago con lingue, arrayán, canelo, chequén y maqui; en la superior, a lo largo del eje 2, están presentes el mitique y el  tebo junto con Baccharis racemosa, el bollén y el corontillo. A lo largo del eje 1 está representada una asociación de hualo con corcolén y mayo con especies acompañantes en proximidad (ej. litre) (Figura 15).

Sectores de praderas

Existen sectores sobre los 600 m de altitud donde  se encontró una vegetación de pradera con un estrato herbáceo menor que 1 m, con presencia de algunas plantas en cojín y en champas. Están presentes algunas especies de árboles con baja altura (1-2 m.), tales como el corcolén, el codocoipu (Myoschilos oblongum) y el litre. A menudo los suelos están desprovistos de vegetación y presentan cárcavas y deslizamientos. En ellas están presentes especies de Haplopappus, Leontodon, Hypochaeris, varias Gramineae y la hierba de la perlilla (Margyricarpus pinnatus) . Algunas de las especies en floración observadas en el mes de diciembre incluyen al quinchamali (Quinchamalium sp.), al liuto (Alstroemeria ligtu), al borlón de alforja (Polyachyrus poeppigii), a la viudita (Conanthera biflora), a una Pteromonnina, al ñancolahuén (Linum sp.) y a una Adesmia. En sitios con afloramiento de rocas existen grupos de de chagualillo (Puya coerulea) y chupalla (Eryngium paniculatum)  (Figura 16).

DISCUSIÓN

Bosque caducifolio

Las comunidades se relacionan con las presentadas por Gajardo (1994). De acuerdo con ello las comunidades de bosque caducifolio del predio Santa Elena se incluyen en la Región del Bosque Caducifolio, Sub-región del bosque Caducifolio Montano. La comunidad de N. macrocarpa se relaciona con la formación del Bosque Caducifolio de Santiago, pudiendo corresponder a la asociación de roble de Santiago (roble blanco)-peumo. En tanto que la de  N. glauca con se relaciona con la formación del  Bosque Caducifolio Maulino que comprende a los bosques de hualo de la cordillera de la Costa y con la asociación de hualo-litre-corcolén. La fisonomía de las comunidades de roble fue muy variable; los índices de cobertura y altura fueron altos en algunos sectores del predio (90 % y 13 m., respectivamente) y en otros, más bajos (ej. 35%, 7,0 m.) A menudo los índices más altos de cobertura y altura se encontraron en las quebradas, donde predominaba el roble de Santiago. Es factible que se atribuya este fenómeno a los patrones de explotación en el pasado y a la dificultad de extraer madera de las quebradas.  La habilidad de hualo de habitar ambientes más secos le favorece su distribución en el predio sobre el roble de Santiago. En consideración de sus orígenes como bosques secundarios, se clasifican las comunidades de etapa de sucesión de renoval (CONAF, 2002).

Bosque esclerofilo

Esta comunidad se inserta en la Región del Matorral y del Bosque Esclerofilo,  Sub-Región del Bosque Esclerofilo. La comunidad se podría insertar en el marco de la formación del Bosque Esclerofilo Costero distribuida en sectores costeros montañosos. La asociación de litre-boldo de Gajardo (1994) es compatible con la tercera formación identificada en el dendrograma. La altura del bosque esclerofilo fue, en promedio, menor que la de los robles; sin embargo, la cobertura del estrato arbóreo fue similar. En consideración a su origen, como bosque secundario, esta comunidad se clasifica en la etapa de sucesión de renoval (CONAF, 2002).

En la Tabla 7 se muestra un resumen de las comunidades de vegetación del fundo Santa Elena.

Aspectos sobre conservación

Tres de las  especies de árboles detectadas en el predio tienen problemas de conservación: el roble de Santiago, el hualo y el temo o temu (Benoit, 1989, Tabla 8). Afortunadamente las dos comunidades de roble tienen una amplia distribución y se están regenerando en el predio. Sin embargo, existe un problema de depredación el que podría afectar su viabilidad en el largo plazo. La alimentación de las hojas por los defoliadores puede debilitar el vigor de los robles (Baldini y Pancel, 2000) y por lo tanto es un tema que merece más investigación. Se observó el temu en distintos lugares y se anotó su presencia en 3 de los 20 transectos.

Las invasiones de especies alóctonas asilvestradas, los incendios, la extracción y corta ilegal  y los insectos depredadores se presentan como amenazas a la base ecológica del predio y a las especies con problemas de conservación. Por lo tanto, como un mínimo para mitigar impactos negativos sobre el sector, es deseable que se desarrolle un plan de manejo para el monitoreo y control de estas amenazas. En conjunto con este instrumento sería positiva la aplicación de algún mecanismo legal de protección, el que consolidaría el potencial del sector para la conservación de la diversidad vegetal lo que podría redundar en la promoción de proyectos de conservación y en el desarrollo de una conciencia ambiental en la área.

AGRADECIMIENTOS

El autor expresa su gratitud al propietario del fundo Santa Elena, Sr. Max Van Sint Jan,  por su permiso para realizar el catastro y sus explicaciones sobre la historia del sector. Gracias a los empleados del fundo por su apoyo logístico y en la ubicación de senderos y hitos. También les agradece a las siguientes instituciones y personas por su apoyo en la identificación de especies: Sr. Allan Rojas, Corporación Nacional Forestal, VI Región; Sra. Mélica Muñoz  (Museo Nacional de Historia Natural de Santiago de Chile) y Sra. María Teresa Serra, Universidad de Chile, Departamento de Silvicultura.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Baldini, A. &  L. Pancel. 2000. Agentes de daño en el bosque nativo. Editorial Universitaria. Santiago, Chile.

Benoit, I. 1989. Libro rojo de la flora terrestre de Chile. Corporación Nacional Forestal (CONAF),Ministerio de Agricultura, Santiago, Chile. 151 pp.

Corporación Nacional Forestal (CONAF). 2003. Diagnostico Regional, Rancagua, Chile.

Corporación Nacional Forestal (CONAF) y Comisión Nacional del Medio Ambiente (CONAMA). 2002. Catastro y evaluación de recursos vegetacionales nativos de Chile, Santiago Chile.

Donoso, C. 1987. Variación natural en especies de Nothofagus en Chile. Bosque: 8(2):85-97.

Gajardo, R. 1993. La vegetación natural de Chile, clasificación y distribución geográfica. Editorial Universitaria. Santiago, Chile. 165 pp.

Marticorena, C. y M. Quezada. 1985. Catálogo de la flora vascular de Chile. Gayana Botánica 42: 5-157.

McAuliffe, J. R. 1990. A rapid survey method for the estimation of density and cover in desert plant communities. Journal of Vegetation Science 1:653-656.

Ormazábal, C.&  I. Benoit. 1987. El estado de conservación del genero Nothofagus en Chile. Bosque: 8 (2): 109-120.

Rodriguez R.;  O. Matthei & M. Quezada. 1983. Flora arbórea de Chile. Editorial Universidad de Concepción, 408 pp.

Sepúlveda, C., A. Venegas, & R. Herrera. 2002. Las comunidades de Austrocedrus chilensis en la localidad de Puente Negro, San Fernando, VI Región. Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo, Talca, Chile.

Sorensen, T. 1948. A method of establishing groups of equal amplitude in plant sociology based on similarity of species content. K. Dansk. Vidensk. Selsk. Biol. Skrift 5(4): 2-16, 34.

Westhoff, V., & E. Van der Maarel. 1978. The Braun-Blanquet approach. In R. H.Whittaker, editor. Classification of plant communities. Dr. W. Junk, Den Haag. 287-399.


Citar este artículo como:

Altmann, S.H. 2006. Caracterización y clasificación de las comunidades de vegetación del fundo Santa Elena, Nancagua, Región de O'Higgins, Chile. Chloris Chilensis, Año 9 N°2. URL: http;//www.chlorischile.cl


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