Año 19.
Nº2
LAS PLANTAS PRUEBAN QUE EL TIEMPO NO EXISTE Plants prove us that time does not exist Enrique A. Martínez Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas, La Serena, Chile y
Foyer de Charité de Provence,
Lambesc, Francia RESUMEN Para el autor el tiempo no tiene una existencia real o física. Es sólo un
acuerdo del lenguaje. Un acuerdo que tiene muchos usos prácticos. Por ejemplo,
para reunirse con alguien en un lugar determinado al día siguiente. Pero el
tiempo físico transcurrido, desde el acuerdo y la fecha en sí misma, no existe.
Lo que realmente existe es materia, movimiento y espacio. Nuestros antecedentes
biológicos (psicología y fisiología) nos engañan. Como ejemplo de esta
propuesta he elegido la quínoa, una planta de interesante valor nutricional,
para mostrar cómo su crecimiento puede modelarse mediante una ecuación que
omite el tiempo como variable. La sustituimos por la temperatura a la que se
sometieron estas plantas durante su cultivo. Tal temperatura es una variable
que resulta de las interacciones de movimiento, espacio y materia. Se pierde el
tiempo del algoritmo. Se presentan otras aplicaciones prácticas de esta
propuesta. Palabras clave: Chenopodium quinua,
Chenopodiaceae, fisiología vegetal, tiempo SUMMARY For the author time has not a real or physical existence. It is just an
agreement of language. An agreement that has many practical
uses. For example for meeting someone at a certain
place next day. But the physical time elapsed since the agreement and
the date itself does not exist. What it really exists is matter, movement and
space. Our biological background (psychology and physiology) cheats us. As an
example of this proposition I have chosen Chenopodium quinoa, a plant of
interesting nutritional value, to show how its growth can be modeled through an
equation that omits time as a variable. We replaced it by the temperature at
which these plants were submitted during its cultivation. Such temperature is a
variable which results from the interactions of movement, space and matter.
Times goes out of the algorithm. Other practical issues of this proposition are
presented. Key words: Chenopodium quinua,
Chenopodiaceae, plant fisiology,
time INTRODUCCIÓN El tiempo es continuamente motivo de reflexiones profundas, especialmente
entre los físicos, como comenta Andrew Jaffe en Nature (Jaffe, 2016) sobre
dos libros de este año que tratan el tema del tiempo: uno sobre el tiempo, la
ciencia y la ficción (Gleick, 2016) y el otro
sobre aspectos cuánticos y también filosóficos del tiempo (Muller,
2016). Los físicos plantean un tiempo unidireccional o su creación
continuamente (Muller, 2016). Jaffe
constata que hay aspectos psicológicos y también fisiológicos que considerar.
Mi propuesta coincide con ello pero me atrevo a proponer, más allá, que
simplemente el tiempo no existe. Todo queda en la psicología y la fisiología
(entre otras consecuencias). El tiempo se define en función del espacio, la
materia y el movimiento. Estas tres entidades son las que sí existen y provocan
el resto de lo que observamos, la energía, la vida, la evolución. Ellas tienen
sus contrapartes de vacío (para el espacio con materia), antimateria, o la
nada, (para la materia) y el reposo (para el movimiento). ¿Cómo las plantas
pueden dar cuenta de esta propuesta? Es el mensaje probatorio que quiero
proponer a través de estas líneas. La mejor prueba experimental de que el
tiempo no existe es que las plantas no responden a una variable que podríamos
llamar tiempo" pues éste no es causa de nada que a ellas, o a ningún
ser viviente, o incluso a la misma materia inerte, pueda pasarles. Junto a un
equipo de profesores que guiamos memorias durante varios años de investigación
en quínoa (Chenopodium album Willdenow, Figura 1)
los estudiantes fueron poco a poco haciendo experiencias más y más sofisticadas
de crecimiento de esta planta y midiendo sus respuestas a distintos estímulos.
Al entregar sus informes las primeras figuras mostraban gráficos en que la
abscisa era el tiempo en meses y en la ordenada el tamaño de las plantas, su
biomasa, el momento de su floración y otras variables fenológicas. Hasta que en
un momento se nos ocurrió graficar el crecimiento de la quínoa en función de
los grados de temperatura ambiente acumulados sobre una base determinada, un
concepto común en la fisiología vegetal (ver sección de métodos). Las
variedades de quinua son indicadas en la sección de métodos y las curvas
generadas en los resultados. MÉTODOS Procedencia de las quinuas Las semillas proceden del altiplano a la altura de Iquique, comuna de Colchane. La variedad cuyos datos se muestran en este caso
corresponden a una variedad campesina Amarilla (accesión A64, en Banco de
semillas de INIA-Intihuasi) que fue utilizada en la
tesis del ingeniero agrónomo, señor Christian Flores (Flores Díaz 2010). Condiciones de cultivo, medidas y modelo atemporal de crecimiento
ajustado En el Centro de Estudios Avanzados de Zonas Áridas (CEAZA) de La Serena,
se llevaron a cabo experimentos durante 2007, desde el 7 de Julio, en que se
regaron plantas de quínoa con agua, sin agregar sales, y otras con tres riegos
a los que se agregó NaCl (sal) a concentraciones de
150 mM y 300 mM. Se midieron
las temperaturas cada hora mediante registro automático en las estaciones
meteorológicas de CEAZA en La Serena y se obtuvo un promedio de las temperaturas
en el lapso de un giro de la tierra sobre su eje (expresamente no uso el
término temperatura diaria) y ese valor se acumula (giro a giro o bien día a día).
Ello permite construir una variable creciente, independiente, a la que la
planta va respondiendo en crecimiento y en estados fenológicos (aparición de
hojas, de flores, fecundación, maduración de los granos) que constituyen una
variable dependiente. En este caso se representa, en la Figura
2, la altura de las plantas (Y) estimada con la ecuación 1 donde el tiempo
no está incluido en el algoritmo: Y = K/ (1+ ae-bx)
Ecuación, que representa: Y = crecimiento en altura de las plantas K = valor máximo observado a = (K No)/ No b = LN (r+1) e = base del logaritmo
neperiano r = tasa de crecimiento (por cada giro de la tierra) No = crecimiento inicial diferente de 0 x = grados (°C) acumulados en cada giro del planeta desde el 7 de Julio
de 2007 sobre una base de 6,9°C (acumulación mínima para la respuesta vegetal
de esta especie). Esta estimación de alturas se hace para los datos observados para cada
condición de salinidad. Para estimar los valores de altura de las plantas la
ecuación se hace lineal usando el logaritmo del inverso de los valores de la
función a cada lado de la ecuación, metodología estándar para toda curva de
crecimiento sigmoideo. RESULTADOS La Figura 2 muestra
los valores de alturas de las quínoas de la variedad A64, estimados para cada
salinidad del ensayo y para los grados acumulados correspondientes. Igualmente
se señalan, a modo de aclarar el tiempo consensuado, los días calendario desde
el 7 de julio de 2007. DISCUSIÓN La fisiología, la psicología, la memoria y la conciencia de nuestro propio
envejecimiento nos engañan. El proceso de envejecimiento no se explica tampoco
por el paso del tiempo sino por informaciones en nuestro ADN, por sus
interacciones con el medio, por acumulación de errores metabólicos y todo como
resultado de los mismos elementos y sus procesos derivados: materia en
movimiento a través del espacio. En el caso señalado en este artículo los
grados de temperatura acumulados pueden sumarse más rápido, o más lento, según
la temperatura promedio que las plantas han experimentado. Lo importante son
los grados, la energía acumulada que la planta siente. Los días son sólo las
secuencias de oscuridad y claridad que dan el fotoperiodo, de modo que no hay
un efecto del tiempo en sí mismo sino de la luz, tanto de su frecuencia (fotoperiodo)
como de su intensidad (energía). Y además pudo atribuirse las diferencias de
altura al efecto salinidad aplicado. En otro caso, ocurrido en un invernadero,
en verano, se habían hecho germinar unas semillas de quínoa. En menos de
treinta giros de la tierra (menos de un mes) hubo desarrollo de las plantas y
ya había flores, pues agua no les faltaba. Efectivamente, tenían estas quínoas
sólo unos pocos centímetros de altura, pues las plantas respondieron en su
fenología en muy pocos días (debido a la rápida acumulación de energía), lo que
normalmente se produce en condiciones naturales entre cuatro y cinco meses. Su
valor máximo de altura fue menor, puesto que las plantas aceleraron todos sus
procesos de modo que el ajuste en la ecuación 1 debería ser en torno al valor
máximo observado de altura (K) y de crecimiento (r) para que mantenga su valor
predictivo y el tiempo sigue fuera de la ecuación y de las causas explicativas. Nada ocurre porque pase lo que llamamos tiempo. Detrás de cada caso hay
un fenómeno, un mecanismo, un proceso que está ocurriendo y que provoca el
efecto que medimos. Si extraemos la variable "tiempo" de algunas
ecuaciones y la reemplazamos por eventos regulares veremos que podemos
expresarnos en forma coherente sin perder el valor del mensaje que se desea
transmitir. Por ejemplo: Velocidad (v) es igual a
distancia (d) dividida por tiempo, t (v=d/t). Pero si medimos la velocidad de un objeto en movimiento en relación al
desplazamiento (distancia) entre que la sombra del sol pase entre dos objetos
pues tendremos una estimación de velocidad igualmente y ella será relativa a
nuestro planeta, tal como estimamos hoy que 24 horas es más o menos el tiempo
de una rotación del planeta sobre sí mismo. Es decir estimamos, sin darnos
cuenta, el tiempo en relación al movimiento. Entonces, se puede concluir que en
la naturaleza sólo hay materia, espacio y movimiento. Sucede que los humanos debemos referirnos a procesos o movimientos ya
conocidos para fines prácticos: por ejemplo, nos encontramos mañana a las 10 AM
frente al reloj de la estación de trenes de Alameda. El acuerdo práctico es
finalmente una combinación de espacio, en torno a la estación de trenes de
Alameda; movimiento, la tierra que gira y nosotros que debemos movernos hasta
el lugar que es la estación de trenes; en un tiempo consensuado al que lo
llamamos 10 AM. Participan también como materia: el reloj, los trenes, la
Alameda, lamentablemente con tan pocos árboles. Los antepasados hablaban de
soles (días), lunas (meses) y primaveras (años), es decir, de eventos naturales
existentes para referirse a los lapsos transcurridos entre otros eventos,
sensibles a las escalas de los seres humanos. Los físicos tienen incluso ecuaciones temporales con una contraparte
atemporal, como la ecuación de Schrödinger que predice el estado de las
partículas subatómicas. Hay otros corolarios posibles de la utilidad práctica de este concepto atemporal de las causas. Por ejemplo: el tiempo no sana una herida. En el caso de las heridas físicas, es más bien una acumulación de plaquetas las que cierran una herida; en las del alma, es el perdón que nos damos, y que aceptamos con humildad, el que las sana; encontrarnos, reunirnos después de que nos hacemos daño, tomarnos de las manos y mirarnos a los ojos son gestos, movimientos en el espacio, que pueden sanar tales heridas. El tiempo no lo hará. La quínoa usada en los gráficos fue escogida como ejemplo, de una planta
altamente nutritiva (Vega-Gálvez et al. 2010), que lleva millones de
vueltas a la tierra esperando su turno de ser respetada y usada para fines
nobles, como los encuentros culinarios entre amigos. AGRADECIMIENTOS Agradezco al
Foyer de Charité de Provence,
Francia por su espacio de quietud espiritual y la paciencia de mi familia de permitirme
estas reflexiones que parecen no conducir a nada práctico, pero que siento que
nos pueden hacer más conscientes de actuar (de decir o de callar) más
oportunamente y no esperar que "el tiempo" haga una tarea que, por no
existir, nunca se hará.
REFERENCIAS BIBILIOGRÁFICAS FLORES-DÍAZ, C. E. 2010. Evaluación de un
modelo de crecimiento, respuestas fenológicas y fisiológicas en siete ecotipos de quínoa (Chenopodium
quínoa Willd.), bajo un
gradiente de salinidad. Tesis Ing. Agrónomo, Universidad de La Serena, Chile. GLEICK J. 2016. Time Travel: A History. Pantheon JAFFE, A. 2016. Finding
the time. Nature 537:616 MULLER R. A. 2016. Now: The Physics of Time.
W. W. Norton VEGA-GÁLVEZ A., MIRANDA, M., VERGARAJ., URIBE,
E., PUENTE, L., MARTÍNEZ, E.A. 2010. Nutrition facts and functional potential of
quinoa (Chenopodium quinoa Willd.), an ancient andean
grain: a review. Journal of the Science of Food and Agriculture 90: 2541-2547. Citar este artículo como: Martínez, E. 2016. Las plantas
prueban que el tiempo no existe. Chloris Chilensis. Año 19 N°2. URL: www.chlorischile.cl.