Año 11. Nº 2


Notas a pié de página en el original

 

1. "Al sud no pasa del río Cachapual o Tinguiririca" (Gay, 1846: 249). R. A. Philippi (1869: 114) indica también el Tinguiririca. Baeza (1930: 15) es más reticente: "hasta la provincia de Santiago más o menos por el sur". Don Hipólito Ruiz (1952-1: 272) en su memorable viaje botánico por Chile, escribe, abril de 1783, viniendo de Concepción: "En la Provincia de Rancahua encontramos los Algarrobos, Mimosa ceratonia?, los quales no vimos en ninguna de las Provs. anteriores". El nombre científico utilizado por Ruiz es naturalmente un error y no cabe duda que se refirió al Prosopis chilensis. Parece, en realidad, que más allá del río Maipo o de la Angostura de Paine, nuestro árbol ralea bastante. Volver al artículo.

 2. También se encuentra, según Burkart (1952: 131), en el S del Perú y en las provincias argentinas de Catamarca, La Rioja, San Juan, Córdoba y San Luis.

Reiche (1898: 30) pone a nuestro algarrobo de Chile central en la sinonimia de Prosopis juliflora (Swartz) DC., que en sentido estricto es solo de la América tropical, desde Mexico y Cuba hasta Colombia y Venezuela. El tipo proviene de Jamaica. Aunque parece que se aproxima bastante a la forma chilena, los tratadistas modernos (Burkart, 1940: 103-108) estiman con buenas razones, que no debemos confundir ambas entidades sistemáticas.

 

Prosopis siliquastrum (Cav.) DC. (1825), basado en Acacia siliquastrum (Cav.) Lagasca (1816), es un sinónimo exacto de nuestro algarrobo de Chile central. Lagasca dice que habita en el Reyno de Chile y que lleva el nombre vulgar de algarrobo de Chile.

 

Prosopis chilensis (Molina) Stuntz (1914) basado en Ceratonia chilensis Molina (1782), viene a ser el nombre válido de nuestro algarrobo de Chile central, por fundarse en el binomio más antiguo.

 

Aunque la descripción de Molina (Saggio sulla storia naturale del Chili, 172. 1782) es incompleta, no es posible rechazarla pues esta descrita reglamentariamente y no cabe duda que se refirió a nuestro árbol. Las descripciones de Molina en proporción elevada se refieren a Chile central, donde residió e hizo sus estudios y no puede dudarse que tuvo noticias directas de nuestra especie. Además, no hay otro Prosopis en el área santiaguina y más al sur.

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3. En el sentido de Reiche estos dos binomios son sinónimos de P. chilensis.Volver al artículo.

 

4. Debo dejar constancia aquí de una notable excepción. El 20 de marzo de 1927 coleccioné cerca de la Planta Eléctrica de Maitenes, Río Colorado, afluente del Maipo, 1.000 m.s.m. (Prov. de Santiago), ejemplares con frutos de nuestro Prosopis chilensis (Herb. Looser. 3807). Nunca lo he vuelto a observar tan al interior de los Andes. Por el río Aconcagua se ve al oriente de Coquimbito por un corto trecho. No puede dudarse de la determinación, pues fue verificada por el Dr. Arturo Burkart y recuerdo perfectamente las circunstancias del hallazgo, que me llamó poderosamente la atención.Volver al artículo.

 

5. Creo importante transcribir el siguiente testimonio del señor Prof. Otto Zöllner, Director del Colegio Alemán de Quilpué y naturalista entusiasta: "Paso a dar respuesta a su carta del 4 de octubre de 1962, en la cual Ud. me pregunta si he observado en mis excursiones algarrobos (Prosopis chilensis) en la zona de la Cordillera de la Costa. Conozco bastante bien toda la región de Laguna Verde, Lago Peñuelas, Casablanca, Vizcacha, cerros Roble, Campana, Caquis hasta Quintero. Hago excursiones cada domingo, si el tiempo y las obligaciones lo permiten, pero nunca he visto algarrobos (en dicha zona, G.L.). El primer árbol que he observado (yendo hacia el interior, G.L.) es en el camino de Llaillay a San Felipe, ya en las cercanías de San Felipe."Volver al artículo

 

6. El espino es una especie de gran resistencia vital, como lo podemos observar en sitios muy castigados por el trafico humano, v. gr., Cerro San Cristóbal, Cerro Blanco (respecto a este me refiero a su estado hace 20 ó 30 años ha), Cerro Renca, que están hoy dentro del perímetro de la ciudad de Santiago. También he visto esta especie en lugares eriazos llanos dentro de la ciudad (barrio Hornillas, elipse del Parque Cousiño). En los cerros mencionados quedan muchos espinos, mientras que los quillayes (Quillaja saponaria), maitenes (Maytenus boaria) casi han desaparecido y aun el litre (Lithraea caustica) se bate en retirada. El espino, si las condiciones ambientales no son demasiado hostiles, crece con bastante mas rapidez de lo que se cree por lo común y me inclino a pensar con Schmithüsen (1956: 29-30) que el espinal del centro de Chile de los fitogeógrafos, no es una formación primitiva, no es un clímax, sino un bosque xérico empobrecido del cual otros árboles importantes, como el quillay, maitén, litre, boldo, han desaparecido o disminuido mucho, mientras que el espino subsiste y se extiende debido a su mayor dinamismo. Argumento en este sentido son, me parece, los numerosos espinos aislados que se ven en las praderas y campos de pastoreo planos de Chile central y que suelen interpretarse como árboles de sombra para el ganado. La sombra del espino de ramaje trasparente, es mediocre y habría sido mejor para este fin que hubiesen subsistido más quillayes, maitenes, boldos, etc.; pero a causa de su menor resistencia indudable a la acción destructora del hombre, han desaparecido en proporción harto más elevada.Volver al artículo